La temporada de bronquiolitis vuelve este año tras ausentarse el invierno pasado.
La bronquiolitis es una patología respiratoria propia de la infancia que infecta los pulmones y afecta frecuentemente a lactantes, siendo grave en alguno de los casos. Anualmente afecta a 1 de cada 10 lactantes y hay una tasa de ingreso de entre el 2 y el 5%.
La temporada de invierno pasada no hubo, prácticamente, casos de bronquiolitis. Una situación insólita. Siempre se había considerado el virus que provoca la bronquiolitis, el VRS, “muy estacional”. Uno que nos visitaba en épocas de frio.
A pesar de ello, el pasado mayo se detectó un aumento de casos de los niños y niñas con patología gastrointestinal y respiratoria, y la bronquiolitis estaba entre ellas (más información aquí: https://www.ccma.cat/324/baixa-la-covid-i-puja-la-bronquiolitis-poc-frequent-en-aquesta-epoca-de-lany/noticia/3101938/ ).
Si algo nos da que pensar esta información, y que en parte ya conocíamos, es que los virus respiratorios son imprevisibles… aunque, eso parece una explicación un poco trivial.
Si nos aventuramos a hacer memoria y contextualizamos este hecho con nuestra vida de este último año, podremos hacer una mejor lectura de estos datos.
Empezábamos el 2021 con un enero crítico; veníamos del endurecimiento de las medidas contra el aumento de casos de Covid-19 de la 2ª ola de noviembre que se relajaron un poco para permitirnos celebrar las fiestas navideñas. ¿Os acordáis lo difícil que nos lo pusieron para cuadrar comidas, reuniones familiares y que ningún tío o tía se ofendiera si rechazábamos ir a comer chocolate con churros con ellos? Nos vimos obligados a limitarnos a pocas interacciones sociales, menos actividades sociales y contacto (permitido) solo en burbujas pequeñas. A pesar de las medidas, enero que fue un trampolín con el que se llegó a la media de incidencia más alta en España hasta el momento, 900. Por ello, guardamos los turrones con un aumento de las medidas de seguridad.
De enero hasta hoy, seguimos en proceso de vacunación de la población, por lo que a medida que hemos ido recibiendo la pauta completa, los contagios han descendido y las medidas de seguridad se han ido relajando y poco a poco, empezando así a recuperar actividades sociales y la vida como antes la conocíamos.
Allá por mayo, y tras 6 meses en vigor, decaía el segundo estado de alarma y, aquí en Cataluña, se recuperó cierta normalidad prepandemia: Sin límites de burbujas, restauración con interiores y exteriores disponibles, actos culturales y deportivos, actos religiosos, entre otros.
Recordando que el virus VRS se transmite principalmente por contacto, es inevitable relacionar las etapas de endurecimiento/relajación de las medidas de seguridad del Covid-19 con la ausencia de casos de bronquiolitis de invierno y el “sorprendente” aumento de mayo.
Ahora, nos preparamos para un aumento de los casos en una temporada de invierno típico con las características prepandemia, en la que los niños juegan entre ellos, las reuniones familiares están a la orden del día y, con el frio, los virus respiratorios están en su salsa. Por lo que es importante tener presentes los buenos hábitos de higiene adquiridos durante estos dos últimos años.
El lavado de manos, seguramente, es la medida que más ha ayudado a evitar contagios del VRS. Una práctica de la que hemos aprendido su importancia recientemente y que deberíamos mantener.
Si en casa hay más de un niño/a en casa o hay constantes visitas, lavar los juguetes de forma regular y evitar el contacto con personas acatarradas o con sospecha de estarlo, son medidas que también van en la misma línea para frenar la transmisión.
En el caso que el pediatra confirme el contagio de bronquiolitis, desde fisioterapia ayudamos a la eliminación de secreciones para reducir la inflamación de las vías aéreas y orientamos a los padres para el manejo de la patología desde casa. De esta forma contribuimos a la buena evolución de la patología, reduciendo las posibilidades de un ingreso hospitalario que nadie desea.

Jordi Carrión