Buenos hábitos de actividad en bebés

A principios de siglo, la Academia Americana de Pediatría estudió qué factores se relacionaban con las defunciones de lactantes.

Tras ello se llegó a la siguiente conclusión: Se ha relacionado la muerte súbita del lactante con el hecho de dormir boca abajo.

Poner a dormir a los bebés boca arriba fue la principal medida que se propuso tras relacionar estos hechos y esta fue adoptada por la Asociación Española de Pediatría.

Por otro lado, el mensaje que se transmitió, o que en todo caso llegó, a muchos oídos fue: Nunca pongas al niño boca bajo, que no pase alguna desgracia.

¿Cuál fue el resultado?  Un aumento de casos de niños con plagiocefalia (cabeza plana por detrás) y rigidez de cuello.

Una vez leído esto… ¿Hay alguna razón para que mi hijo pase tiempo boca abajo?

Sí, acostumbrarlo a jugar boca abajo desde bien pequeño es una de las mejores formas de ayudarle en su desarrollo: mejora el control de cabeza, cuello y tronco ayudándole en su desarrollo sensorial y motor. Además, es una de las medidas para prevenir las antes nombradas plagiocefalia y tortícolis.

Es favorecedor para que el bebé llegue a otros avances como sentarse, gatear y caminar.

¡Entendido! ¿Cuándo y cuánto debo poner boca abajo a mi bebé?

Cuanto antes le animes a ponerse en esta posición, será más fácil y natural para él.

Desde edades muy tempranas podemos acostumbrarle con periodos breves y con entretenimiento de su agrado. El tiempo boca abajo puede empezar justo después de los primeros días desde el nacimiento.

Al principio, bastará con estímulos visuales/sonoros básicos para poder captar su atención. Por ejemplo, recostados sobre nuestra barriga y pecho. Los bebés adoran ver vuestras caras y escucharos la voz de cerca.

Con el tiempo, necesitará de otros incentivos para mantener su interés. Estos irán cambiando según su desarrollo psicomotor.

A medida que pasen los meses veremos que irá tolerando más tiempo de juego tocando con la barriga el suelo y observaremos que los disfruta más. Empezará a hacer los primeros desplazamientos y explorará nuevas posibilidades. ¡Ofrécele juguetes que sean de su agrado y muéstrale tu entusiasmo para mantenerle motivado!

El objetivo final es lograr que el niño/a realice el juego boca abajo sin la ayuda de nadie.

Si durante los periodos de juego boca abajo, el niño/a se queda dormido, asegúrate voltearlo para que duerma boca arriba para que siga durmiendo de forma segura recordando la premisa:

Duerme boca arriba, juega boca abajo – Academia Americana de Pediatría

Jordi Carrión
Fisioterapeuta Pediátrico

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