Trastornos de los sonidos del habla -TSH-
A lo largo del tiempo, según la influencia de los autores y investigadores en sus áreas de trabajo, ha ido cambiando la nomenclatura para denominar a los niños con Trastorno de los Sonidos del Habla (TSH). Uno de los términos más utilizados y que aun se utiliza en algunas regiones es la dislalia. La “dislalia” hacía referencia a alteraciones en la producción de los sonidos, des de la perspectiva articulatoria, describiendo los errores como substituciones, omisiones, distorsiones y adiciones.
Después de varias investigaciones, se observo que la producción de los sonidos del habla también implicaba otras alteraciones a parte de las dificultades de articulación. A partir de ese momento, se adoptaron varias nomenclaturas hasta llegar al término Trastorno de los Sonidos del Habla (TSH).
El Trastorno de los Sonidos del Habla (TSH), según Franklin Susanibar, se define como la alteración en la producción articulatoria de los sonidos (fonética) y/o en el uso funcional de los segmentos contrastivos “fonemas” de un idioma (fonología) que afecta a la inteligibilidad del habla en diferentes grados y puede ser diagnosticado en las distintas etapas de la vida.
Según Laura Bosch, la adquisición fonética – fonológica existe un orden de aperción y unas estructuras de desarrollo muy definidas, aunque la rapidez de adquisición varia de unos niños a otros.
En la actualidad, no existen datos precisos con respecto a la prevalencia de los TSH debido a que las definiciones por los diferentes investigadores no están claramente establecidas. No obstante, existe un consenso a la hora de afirmar que el colectivo masculino muestra más alteraciones y que las condiciones socioeconómicas bajas también inciden en este tipo de trastorno.
Con respecto en la sintomatología puede darse de forma fonética y/o fonológica.
Por otro lado, hay casos que podemos encontrar alteraciones fonéticas – fonológicas.
Por lo tanto, si detectas alguna alteración en tu hijo o alguien de tú entorno como personas adultas, no dudes en consultar a un profesional especialista en esta área. El logopeda se encargará de evaluar las estructuras anatómicas implicadas y la fonética y fonología. Así, le permitirá poder obtener información y crear el plan de tratamiento más adecuado a cada caso en particular.
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