¿Cómo trabajar las funciones ejecutivas con mi hijo/a?
Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas que permiten planificar, tomar decisiones, controlar impulsos y adaptarse a situaciones nuevas o inesperadas. Estas habilidades son fundamentales para el desarrollo integral de los niños y pueden potenciarse a través de juegos en familia de manera divertida.
A continuación se muestran algunos ejemplos de cómo trabajar estas funciones a través del juego:
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Secuencias y patrones:
Juegos como «Simón» o «Color Code» son una buena opción para trabajar la memoria de trabajo y la atención. En estos juegos, los niños deben recordar y reproducir secuencias de colores, de sonidos o de movimientos. Este tipo de actividades ayuda a entrenar la capacidad de retener la información mientras se procesan nuevos datos. Esta es una habilidad clave para realizar tareas cotidianas como seguir instrucciones o completar tareas escolares.
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Toma de decisiones:
El típico juego por excelencia del verano, el «Uno», promueve la toma de decisiones rápidas y estratégicas. En este juego, los participantes deben evaluar sus cartas y decidir cuál escoger para deshacerse de todas sus cartas lo más rápido posible. Otra opción menos conocida es «Dixit». Este juego fomenta la creatividad y la capacidad de interpretar señales abstractas, lo que también es útil para el desarrollo del pensamiento flexible y la resolución de problemas.
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Control inhibitorio:
El control inhibitorio se refiere a la capacidad de resistir la tentación de realizar una acción inmediata para cumplir con una tarea a largo plazo. En juegos populares como el «Parchís», los jugadores deben esperar su turno y controlar sus impulsos para ganar. Además, situaciones como perder una pieza en el juego ayudan a los niños y las niñas a manejar la frustración y desarrollar resiliencia.
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Cooperación:
Los juegos cooperativos, como «Pandemic» o «Isla Prohibida», son ideales para fomentar la planificación conjunta y el trabajo en equipo. En estos juegos, los jugadores deben colaborar para alcanzar un objetivo común, lo que requiere planificación, comunicación y formulación de estrategias. Este tipo de juegos no solo trabajan la planificación y la flexibilidad cognitiva, sino que también promueven habilidades sociales importantes como la empatía y la cooperación.
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Resolución de problemas:
«Laberinto» o «Rush Hour» son buenos ejemplos de juegos centrados en la resolución de problemas y en el pensamiento crítico. En «Laberinto» los jugadores deben modificar el tablero para crear un camino hacia sus objetivos, lo que requiere una planificación cuidadosa y capacidad de anticipar las acciones de los demás. Por otro lado, «Rush Hour» es un rompecabezas donde el jugador debe mover coches para sacar uno en concreto, lo que entrena la capacidad de pensar estratégicamente y resolver problemas.
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Atención sostenida:
Los juegos que requieren atención sostenida, como «¿Quién es quién?», fomentan la concentración en los detalles, permitiendo así que dicha atención se prolongue progresivamente. Esta es una función cognitiva fundamental para la vida diaria.
Es importante no olvidar las preferencias y los gustos particulares de cada uno a la hora de escoger los juegos. Estos son algunos ejemplos, pero hay múltiples opciones. Sea cual sea vuestra elección, incorporar juegos familiares en la rutina no solo enriquece el tiempo compartido, sino que también es una herramienta poderosa para el desarrollo de las funciones ejecutivas de los más pequeños, las cuales son esenciales para la vida cotidiana y para su bienestar emocional.
Andrea Velicia
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