Trastorno de aprendizaje no verbal (TANV)
El trastorno de aprendizaje no verbal o TANV, es un trastorno de aprendizaje poco conocido, de base neurológica que afecta básicamente a las funciones que dependen del hemisferio cerebral derecho.
Las personas afectadas por este trastorno, suelen tener un coeficiente intelectual dentro de la media y destacan en las habilidades verbales como por ejemplo en el vocabulario, la lectura o el razonamiento verbal. Sus capacidades lingüísticas, la soltura en el diálogo e incluso el gran interés o conocimientos en algunos temas, pueden confundir con sujetos de altas capacidades.
Sin embargo, se observan grandes dificultades en habilidades manipulativas, en la orientación espacial, la percepción, la coordinación óculo – manual y en la motricidad fina y gruesa, es decir en aspectos no verbales.
Como consecuencia, los niños y niñas que sufren este trastorno presentan problemas académicos (bajo rendimiento, dificultad para adquirir conocimientos…), sociales o relacionales (dificultad para establecer o mantener relaciones con los demás, pocas habilidades sociales…) y emocionales (baja autoestima, desmotivación, frustración…).
Algunas de las manifestaciones que muestran son las siguientes:
Dificultades psicomotrices como recortar, utilizar el punzón, ponerse la bata, atarse los cordones, escribir, ir en bicicleta, nadar…
Dificultad para hacer puzles, construcciones, orientarse, entender un mapa, organizarse en el folio…
Dificultad para enfrenarse a situaciones nuevas.
Dificultad para utilizar la pragmática del lenguaje.
Les cuesta analizar y entender las situaciones en las que están expuestos cuando interactúan con otras personas.
Dificultad para entender el lenguaje no verbal (gestos, miradas, posturas…) y contenido no verbal en las relaciones (ironía, doble sentido, intencionalidad…).
Para finalizar, algunas recomendaciones que se pueden tener en cuenta delante de chicos y chicas que padezcan el trastorno son:
Ser comprensivo/a con la persona y las dificultades que tiene.
Tomar medidas de intervención y adaptación en el colegio como, por ejemplo, la adaptación curricular.
Dar la información específica y de forma explícita verbalmente cuando se les de alguna instrucción o información.
Ayudarles en las tareas que tengan más dificultades como en las visoespaciales o manipulativas.
Dar más tiempo para realizar las tareas o actividades.
Utilizar las nuevas tecnologías (TIC) para mejorar el rendimiento académico fomentando la motivación y el interés.
Favorecer y facilitar la integración con los demás, así como trabajar con el grupo clase las habilidades sociales fomentando el respeto.
Ayudarle a entender las claves sociales y el lenguaje no verbal proporcionándole estrategias que le ayuden a identificar esas situaciones.
Utilizar el refuerzo positivo y valorar los logros y avances para así aumentar la autoestima.
Noelia Bernal
Psicóloga
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