TARTAMUDEZ Y LOGOPEDIA
¡Hoy queremos celebrar el Día Internacional de la Tartamudez!
¿Qué es?
La tartamudez es una alteración involuntaria de la fluencia de la expresión verbal. Se caracteriza por la repetición de sonidos, sílabas o palabras, los bloqueos al hablar o las pausas prolongadas entre sonidos y palabras. La disfemia del desarrollo es la forma más frecuente y constituye en torno al 80% de los casos. Ocurre en niños que están desarrollando las habilidades del lenguaje, generalmente entre los tres y los ocho años. Típicamente, se inicia en pacientes que presentaban un desarrollo del lenguaje normal y con frecuencia lo hace de forma súbita. Dicho inicio no se asocia a factores ambientales ni sociales concretos, pero esta, puede empeorar cuando se está cansado, emocionado, estresado o cuando la persona que la padece se siente cohibida o presionada.
La causa exacta de la tartamudez no se conoce bien, pero claramente intervienen factores genéticos. Cerca del 60 % de las personas que tartamudean tienen un familiar con tartamudez. La investigación más reciente indica que el problema puede tener un vínculo genético.
¿A quién afecta la tartamudez?
El tartamudeo afecta a personas de todas las edades. Se presenta más en los niños de 2 a 6 años mientras están desarrollando sus habilidades del lenguaje. Aproximadamente, entre el 5 i el 10% de todos los niños tartamudearán durante alguna etapa de su vida. Esto puede durar desde algunas semanas hasta varios años. Pertenecer al sexo masculino aumenta de 2 a 3 veces más la posibilidad de tartamudear que las niñas. A medida que crecen, la cantidad de varones que continúan tartamudeando es de tres a cuatro veces mayor que la cantidad de niñas. Alrededor del 75% de los niños se recuperan, aunque para el 25% restante, el tartamudeo puede convertirse en un trastorno de la comunicación permanente.
Comportamientos secundarios asociados a la tartamudez
Aparte de los comportamientos primarios como son las repeticiones de sílabas, palabras, los bloqueos o las pausas, existen unos patrones secundarios asociados a la tartamudez. Es importante conocerlos para entender mejor cómo reaccionan las personas que sufren esta alteración y así poder ayudarlas en determinadas situaciones. En la siguiente tabla se resumen estos comportamientos:
- Psicológicos: miedo, ansiedad, sudoración, taquicardias, pensamientos paralelos, baja autoestima, evitar hablar con desconocidos o personas con autoridad…
- Verbales: evitar las disfluencias (con muletillas, sinónimos, substituciones de palabras o circunloquios), hablar en un tono baja o más rápido, utilizar frases cortas y simples…
- Fisiológicos: hacer fuerza voluntariamente (aunque sea casi involuntaria), contracciones, espasmos, tics, respiraciones profundas, no mantener contacto ocular…
¿Cómo se puede tratar la tartamudez?
El punto de partida habitual en la evaluación diagnóstica es decidir si se trata de un caso de tartamudez inicial o de disfluencia normal. Si bien estos criterios no deben considerarse absolutos, algunos indicadores de tartamudez temprana son:
- Tener más de un 10% de sílabas tartamudeadas.
- Más de un 25% de las disfluencias son prolongaciones.
- 3% o más de sílabas o palabras con disfluencias tipo tartamudez.
- Más del 25% de las repeticiones son de dos o más unidades.
- Signos de tensión o esfuerzo al hablar.
- Más del 33% de las disfluencias aparecen agrupadas en la misma palabras o palabras sucesivas.
Existen diferentes tratamientos que pueden ayudar con la tartamudez, entre ellos:
- Terapia preventiva: donde el tratamiento se centra directamente en el ambiente que rodea al pequeño y considera el trabajo de los padres como el mejor agente de cambio.
- Terapia prescriptiva: entrenamiento sistemático a los padres para cambiar su patrón de habla y mejorar su estilo, por tanto, son de nuevo los padres los principales inductores del cambio ambiental. Muchas de las técnicas de consejo a los padres y procedimientos empleados en la terapia preventiva para identificar y eliminar los posibles factores desencadenantes o agravantes de las disfluencias se utilizan también aquí, pero se hace un especial esfuerzo por crear un entorno favorecedor de la fluidez mediante entrenamiento sistemático a los padres.
- Terapia integral: intervención directa sobre el habla del niño para moldear en él un patrón de habla más fluido. Se mantiene la intervención sobre el ambiente, en parte porque este sigue teniendo un papel relevante en el mantenimiento de la tartamudez y además porque es un complemento imprescindible para que la terapia del habla realmente funcione.
Un trabajo conjunto con el/la logopeda ayudará a encontrar el mejor tratamiento para usted o su hijo/a, teniendo en cuenta cuánto tiempo lleva tartamudeando y si hay otros problemas del habla o del lenguaje. Es cierto que las disfluencias pueden desaparecer de forma espontánea, pero no ocurre en todos los casos, por lo que es preferible no esperar y prestar atención logopédica lo antes posible. La intervención logopédica de la tartamudez no se debe interrumpir bruscamente, sino que es necesario realizar seguimientos periódicos de la evolución y actuar ante posibles recaídas.
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