¿Qué es la fisioterapia pediátrica?
¿QUÉ ES? Se trata de una disciplina, efectivamente, dentro de la fisioterapia, que trata las enfermedades y/o disfunciones (alteraciones), principalmente de tipo motriz (que afectan al movimiento), que se producen en los bebés, niños/as y adolescentes, ya sean congénitas (de nacimiento) o adquiridas después de nacer. La fisioterapia pediátrica busca obtener el mayor nivel funcional posible en el niño/a. El/la fisioterapeuta debe conocer el desarrollo del niño/a a nivel psicomotor y saber cómo aprende, cómo manipula y se desenvuelve a nivel fino y grueso (lo que llamamos movilidad fina y movilidad gruesa), cómo maneja y cómo conoce y controla su cuerpo, así como los cambios que su cuerpo experimenta durante este crecimiento.
¿CÓMO EMPEZAMOS A TRABAJAR? Aunque existen gran variedad de patologías (después las nombraremos) y cada paciente es diferente, podemos generalizar como se llevaría a cabo la primera consulta al acudir a un/a fisioterapeuta pediátrico/a. Primero necesitamos confeccionar una historia clínica del caso que tenemos delante para tener en cuenta aspectos como: quién hace la demanda; cuál es la preocupación de los padres o de quien hace dicha demanda; datos personales del/a niño/a (edad, adquisiciones del desarrollo, enfermedades, alergias u otros datos de tipo médico, su carácter, sus gustos o motivaciones, etc.); su entorno familiar directo; etc. Una vez hayamos recopilado toda la información que creamos necesaria, debemos hacer una exploración física según la demanda planteada; posteriormente, podremos trazar un primer diagnóstico de fisioterapia (que es diferente al diagnóstico médico); con la familia o cuidadores presentes en la sesión, podremos compartir nuestra opinión sobre su demanda y cuál serían los objetivos y la línea de tratamiento que seguiríamos.
¿QUÉ ALTERACIONES TRATAMOS? La fisioterapia pediátrica interviene activamente en aspectos relacionados con el desarrollo motor del niño, tono muscular, coordinación motora, equilibrio y control postural. Dichas alteraciones pueden presentarse debido a la existencia de patologías neurológicas o alteraciones muy diversas, pero se pueden englobar en las siguientes categorías:
Alteraciones neurológicas (como la parálisis cerebral, espina bífida…).
Enfermedades neuromusculares (atrofia espinal, Síndrome de Duchenne…).
Síndromes genéticos que conllevan alteraciones motoras (como el síndrome de Down o síndrome de Rett).
Alteraciones musculares u óseas (tortícolis musculares congénitas, luxaciones de cadera…).
Patologías respiratorias como bronquiolitis, neumonías…
¿EN QUÉ NOS BASAMOS? En la fisioterapia pediátrica solemos centrarnos en el cuerpo como herramienta de acción, un cuerpo en desarrollo. Con esto nos referimos al llamado desarrollo psicomotor del/a niño/a. Éste abarca diferentes áreas como puede ser el área del lenguaje, el de los movimientos, el del pensamiento, el de las emociones, etc. Y todas ellas se correlacionan e interaccionan dentro de este desarrollo psicomotor. Siguiendo esta base, desde la que los fisios debemos partir, intentaremos proponernos unos objetivos de tratamiento que tengan en cuenta al niño/a desde su entorno familiar, emocional, psicológico, personal, etc. Y a partir de ahí trabajaremos con el/la niño/a. Pero el trabajo del/a fisio no acaba aquí, sino que debemos considerar el movimiento mucho más allá. ¡Vamos a desarrollar este concepto! Años atrás, se intentaba que aquellos/as niños/as que presentaban alguna patología se acercaran todo lo posible al llamado “movimiento normal”. Pero este concepto ha ido modificándose. En la actualidad se da mucha más importancia a la participación y la funcionalidad del/a niño/a dentro de la comunidad: no nos interesa tanto como se mueve, sino qué consigue con este movimiento.
OTRO PILAR IMPORTANTE EN EL TRATAMIENTO. El trabajo de fisioterapia debe pasar por el trabajo también con la familia o los cuidadores principales. Ellos juegan un papel primordial por ser los promotores directos de su desarrollo. El objetivo con la familia es empoderarla, dotarla de conocimientos acerca del tratamiento que vamos a realizar, de los objetivos de fisioterapia y de qué pretendemos con ellos. Además, la familia suele estar presente en las sesiones de fisioterapia para poder aprender y entender qué y cómo lo está haciendo el/la fisioterapeuta. Es muy importante un buen feedback entre ambas partes (fisio-familia), es decir, que se hable de las preocupaciones, de lo observado en casa y en las sesiones y de las dudas y demás consultas.
Sandra Ferré
Fisioterapeuta. Especialista en fisioterapia pediátrica
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