Pautas para hacer los deberes
Muchos de nosotros nos preocupamos al escuchar la palabra “deberes”. Y, es que en muchas familias se puede convertir en una auténtica batalla el poder conseguir que nuestros hijos e hijas se pongan a hacer los deberes, se queden solos haciéndolos o los acaben. Además, nos podemos encontrar con mentiras, respuestas al azar o actividades mal realizadas, causados por las ganas de acabar pronto o no hacerlos. Estas situaciones crean dinámicas de peleas, enfados y agotamiento entre padres/madres e hijos/as.
A continuación, se facilitarán una serie de pautas que pueden ayudar a que el tiempo de deberes sea más llevadero y asegurar de que las tareas puedan quedar bien realizadas:
- Buscar un espacio adecuado para poder hacer los deberes. Éste deberá ser un sitio tranquilo; suficientemente amplio; con buena luz (mejor natural), y evitando la cercanía a distracciones (televisión, Play Station, ruidos exteriores…). A partir de Ciclo Medio y/o Superior, se podrá plantear el uso de escritorio propio para el alumno, ya que probablemente su nivel de autonomía será más alto y las exigencias del estudio ya necesitarán de más concentración. Aun así, cabe recordar que cada niño/a es diferente, y que podemos ver que nuestro hijo o hija se concentra más en un espacio u otro de la casa.
- Evitar las distracciones en el tiempo de estudio. Para el estudio necesitamos de gran atención y concentración. Si mientras nuestro hijo se pone a estudiar, cerca de él hay muchos ruidos, juguetes, la televisión está encendida, etc., veremos que esta se verá alterada. Será esencial reducir al máximo las distracciones, sobre todo hacía objetos que sean de su interés (juguetes, tablet, videojuegos…).
- Planificar el tiempo de estudio. Después de la escuela, muchos niños tienen ganas de jugar y descansar y el hecho de tener que hacer deberes es una carga más para ellos. Si estas tareas no tienen un espacio concreto en su día a día, para poder hacerse, será más difícil que se realicen. Por esa razón, es importante poder crear rutinas diarias, donde se favorezcan espacios de descanso y espacios de estudio. Por ejemplo, se acuerda que de 6 a 7 de la tarde será el rato de hacer deberes, y que después será tiempo de juego para el niño. Esto facilitará la anticipación de este momento, reduciendo así, la frustración.
- División de tareas. Al sentarse a hacer los deberes, muchos niños/as se ponen nerviosos al ver el volumen de actividades que se tiene que hacer. Aquellas tareas que nos pueden parecer simples a nosotros, para ellos es una montaña. Por esa razón, deberemos valorar el poder dividir las tareas, cosa que facilitará la realización de las mismas. Para cualquier niño es más fácil tolerar una sola actividad que cinco a la vez. Esta división consistirá en dividir las actividades en ejercicios o dividir la ficha por la mitad, de tal forma que se hará cada parte en un momento diferente, y asegurando descansos en medio.
- Potenciar la autonomía. A medida que nuestros hijos/as vayan creciendo, tendremos que ir potenciando su autonomía. Empezando por la realización de un ejercicio solo o la preparación de la mochila. Y buscando como objetivo que poco a poco no necesiten nuestra supervisión en la realización de los deberes. Cabe recordar que la búsqueda de esta autonomía no nos exime de la comprobación de las tareas. Ya que esta comprobación de los deberes, facilitara que el niño tenga alguien a preguntar las dudas. Además de asegurarnos de que el niño está haciendo realmente lo que se espera y no ha hecho mal las actividades.
- Introducción a las técnicas de estudio. A partir de Ciclo Medio, y sobre todo a partir de Ciclo Superior podremos introducir algunas técnicas de estudio que ayuden a nuestros hijos e hijas a mejorar la atención, comprensión y memorización, tanto para los exámenes, como en las propias tareas del día a día. Algunas técnicas podrán ser el uso de esquemas, resúmenes, subrayado de palabras importantes, en tareas de comprensión poder hacer una lectura anterior de las preguntas…
- Garantizar ratos de descanso, de ocio y de juego. Como ya hemos comentado, será importante que en el día a día del niño haya espacios de descanso. Dónde el niño pueda relajarse, jugar y fomentar la creatividad. Estos ayudarán a la mejora del ánimo del niño, en la motivación y en la atención a la hora de hacer tareas.
- Reforzar y animar al niño/a. A la hora de hacer deberes el propio estrés del momento, sumado al cansancio del día o de la semana, hace que recorramos a enfados y amenazas. Será importante que nos podamos relajar y poder ver el esfuerzo del niño y facilitarlo y animarlo. Este refuerzo siempre tendrá que ser de forma oral y físico, como, por ejemplo, felicitaciones, abrazos y/o besos, y, el acompañamiento a nivel emocional. Se tendrá que evitar recorrer a “premios”, ya que fomentan la motivación extrínseca en el niño (hago los deberes para tener ese juego). A través de los refuerzos y del acompañamiento ayudamos a fomentar la autoestima, la autonomía y la motivación del propio niño.
- Y finalmente, mejora de la gestión emocional. Cuando los niños/as están tristes, cansados o en tensión, la capacidad de atención se puede ver perjudicada. Por lo tanto, será importante buscar espacios de estudio donde el cansancio del niño sea lo menor posible y el niño esté relajado. Además, será esencial acompañarlo en esas situaciones que le impiden tener un buen aprendizaje y resolución de las tareas, como: el miedo a equivocarse en la tarea, la pérdida de un familiar, etc. Algunas estrategias que podremos usar para facilitar la relajación del niño podrán ser: el uso de mandalas, estrategias de relajación, dedicar un tiempo para poder hablar antes de hacer los deberes, etc.
Elisenda Molné
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