Nuestro cerebro entre villancicos
Hay una época del año, donde las calles se visten de colores brillantes, destellos de luz, canciones que nos hablan de esperanza, altruismo, deseos y felicidad, sí, se acerca esa época del año, se acerca la Navidad y nuestro cerebro lo sabe.
Más allá de las calles y nuestros propios hogares, quien también “cambia su aspecto” es nuestro cerebro, desencadenando una serie de efectos positivos y, por otro lado, otros más negativos derivados de la estimulación particular que le genera la Navidad y todo lo que la misma conlleva.
¿Cuáles son los efectos positivos de la Navidad?
La Navidad está asociada a una serie de emociones positivas, como la felicidad, la alegría y la esperanza. Estas emociones se asocian con la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, que están relacionados con el bienestar y la satisfacción, y la liberación de endorfinas, hormona que se asocia con la sensación de bienestar y euforia. En esta época del año, los niveles de dichas sustancias químicas en nuestro cerebro se incrementan, esto se debe a que la Navidad está asociada a una serie de estímulos positivos, como la decoración, la música, la comida y los regalos.
Estos neurotransmisores también están relacionados con la motivación y la creatividad. Por ello, estas fechas pueden ser una época muy productiva para algunas personas.
Además, para algunas personas la Navidad es una época de descanso y relajación. Esto se refleja en nuestro cerebro, el cual reduce los niveles de cortisol, una hormona que se asocia con el estrés.
¿Cuáles pueden ser los efectos negativos?
La Navidad también puede tener algunos efectos negativos en nuestro cerebro. Por ejemplo, en algunas personas puede aumentar los niveles de estrés y ansiedad. Esto se debe a que puede ser una época de mucha presión, tanto social como económica. Las personas pueden sentir la presión de tener que pasar tiempo con sus seres queridos, comprar regalos para todos y organizar celebraciones perfectas. Este estrés puede tener un impacto negativo en el cerebro, afectando la memoria, el aprendizaje y el estado de ánimo.
Además, la Navidad puede ser una época en la que se reavivan recuerdos dolorosos, como la pérdida de un ser querido o la separación de la familia. Esto puede provocar sentimientos de tristeza, nostalgia e incluso depresión.
Por otro lado, esta también es una época de excesos, tanto en comida como en bebida. Si el consumo es excesivo y se vuelve prolongado, puede tener un impacto negativo en el cerebro, aumentando el riesgo de obesidad, enfermedades cardíacas y otros problemas de salud. A su vez, también es una época de noches largas y días cortos, y la falta de sueño puede tener un impacto negativo en el cerebro, afectando la atención, la concentración y la memoria.
Los efectos negativos de la Navidad en el cerebro pueden ser especialmente pronunciados en las personas que tienen antecedentes de problemas de salud mental, como la ansiedad o la depresión. Estas personas pueden ser más propensas a experimentar estrés, consumo excesivo y falta de sueño durante estas fechas.
Cómo disfrutar de la Navidad sin estrés:
Para disfrutar de la Navidad sin estrés, es importante tener en cuenta los siguientes consejos:
- Establece expectativas realistas. No te presiones para que todo sea perfecto. Recuerda que la Navidad es una época para disfrutar con los seres queridos, no para estresarse.
- Prioriza las actividades que te hacen feliz. No te sientas obligado a hacer cosas que no te gustan. Dedica tiempo a las actividades que te hacen sentir bien.
- Mantente organizado/a: planifica las compras navideñas con anticipación y establece un presupuesto. Esto te ayudará a reducir el estrés y evitar las compras compulsivas.
- Permítete sentirte mal en ciertos momentos, al recordar seres queridos que ya no están en la mesa, situaciones del pasado que han cambiado, etc. Déjate sentir y escúchate.
- Pide ayuda si la necesitas. Si sientes que el estrés es demasiado, no dudes en pedir ayuda a un amigo, familiar o profesional.
- La Navidad es una época maravillosa, pero es importante disfrutarla de forma saludable. Con un poco de planificación y atención, puedes evitar que el estrés y la ansiedad se interpongan en tu camino.
Marta Cortada
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