La música es un arte que de una forma u otra está presente en la vida de todos. A lo largo de nuestro desarrollo forjamos unos gustos musicales y distinguimos entre aquellos estilos que nos gustan más y aquellos que nos gustan menos.  Cada uno le dará a la música una importancia distinta en su vida, pero seguramente pocos de nosotros diremos alguna vez “no me gusta la música”. Y es que la música se ha convertido, des del principio de los tiempos, en un acompañante más en nuestro día a día.

Son muchos los estudios que se han realizado a lo largo de estos últimos años sobre el efecto de la música en distintos ámbitos: psicología, neuropsicología, educación y medicina. En lo que se refiere a la neuropsicología, se ha visto que la música provoca una activación en distintas zonas del cerebro.

Si nos centramos en los niños, la música puede ser utilizada como medio de expresión y comunicación, sin importar cuales son las características individuales de cada niño. Hoffman (1776-1822) dijo una vez: “La música empieza donde se acaba el lenguaje”. La música llega a nosotros de forma sensorial, y no importa la formación que tengas sobre ella, lo que importa es lo que ésta te llegue a transmitir.

En el contexto terapéutico, la música puede tener un papel muy interesante a la hora de trabajar las emociones, por ejemplo, de una forma totalmente distinta a lo habitual. Ya no solo a nivel auditivo, sino que ésta también nos brinda la opción del movimiento, y con este una inmensa posibilidad de actividades para llevar a cabo.

La música estimula la imaginación y la creatividad, mejora la capacidad de atención y concentración. Además, a través de las letras de las canciones se pueden trabajar infinidad de aspectos como la memoria, el vocabulario, la comprensión y la discriminación auditiva, fortaleciendo así su lenguaje.

En definitiva, la música estimula de una forma diferente y divertida el desarrollo integral del niño ya que tiene la capacidad de actuar sobre todos los aspectos involucrados en ese desarrollo.

Como decía Leonard Bernstein (1918-1990): “La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido”.

Edna Rius