Las funciones ejecutivas: ¿qué son y cómo se manifiestan en los niños?

Las funciones ejecutivas son habilidades más complejas que influyen sobre funciones más básicas como la atención, la memoria y las habilidades motoras. Las funciones ejecutivas permiten a las personas organizar una acción, integrar y manipular información previamente aprendida y  nos permiten organizar, anticipar y planificar nuestra conducta con el objetivo de conseguir una meta a largo plazo. Las funciones ejecutivas también nos permiten regular nuestras emociones y tienen una influencia sobre la conducta social ya que nos permite anticipar el estado de ánimo de las personas que están a nuestro alrededor.

Dentro de las funciones ejecutivas encontramos diversas capacidades que nos permiten poder realizar muchas actividades en nuestro día a día, a continuación exponemos algunas de estas capacidades:

  • Control Inhibitorio: es la habilidad que permite a las personas pensar antes de actuar. Nos permite tomarnos el tiempo necesario para evaluar una situación y las consecuencias de nuestra conducta.
  • Flexibilidad cognitiva: es la habilidad que nos permite adaptarnos a las situaciones cuando tenemos que realizar cambios en algo que estaba previamente planeado. Nos permite adaptar nuestra conducta y emociones a nuevas situaciones que pueden surgir de manera inesperada.
  • Memoria de trabajo: es la capacidad que nos permite utilizar la información que hemos aprendido anteriormente y mantenerla en la mente de forma temporal para utilizarla a la hora de resolver una actividad concreta.
  • Control emocional: es la capacidad que nos permite regular nuestras emociones en las diferentes situaciones con el objetivo de adaptarnos a los cambios.
  • Planificación: es la habilidad que nos permite descomponer una actividad en los pasos necesarios para llevarla a cabo correctamente. También nos ayuda a saber distinguir lo que es importante y lo que no a la hora conseguir un objetivo de la manera más eficaz y en el menor tiempo posible.
  • Organización: es la capacidad que nos permite estructurar la información de una manera adecuada para llevar a cabo una actividad y conseguir el objetivo deseado.

¿Cómo podemos saber si los más pequeños de la casa tienen dificultades con las funciones ejecutivas? A continuación os mostramos cómo puede manifestarse:

  • Control Inhibitorio: Los niños que tienen dificultades para controlar los impulsos acostumbran a realizar actos y/o conductas que no son apropiadas y pueden tener más tendencia a realizar alguna conducta de riesgo. En muchas ocasiones vemos niños que realizan una acción, por ejemplo, pegar o insultar, y automáticamente se arrepienten.
  • Flexibilidad cognitiva: los niños con dificultades con la flexibilidad cognitiva pueden intentar de manera constante resolver una actividad de la misma manera aunque se equivoque reiteradamente, o puede mostrar reacciones emocionales ante situaciones y cambios inesperados.
  • Memoria de trabajo: si observamos que le cuesta contestar a las preguntas de un texto del colegio, no se acuerda de una dirección, o está ayudando a cocinar y se va a poner la mesa y cuando acaba no se acuerda que tenía que terminar su faena en la cocina.
  • Control emocional: un niño que tiene dificultades para controlar sus emociones veremos que en alguna ocasión si se le lleva la contraria o no se hace lo que desea, puede mostrar emociones como ira y enfado.
  • Planificación: un niño que tiene dificultades en la planificación, le puede resultar difícil llevar a cabo rutinas como lavarse los dientes, recoger la habitación, hacer la mochila para el colegio, siendo muy probable que se le olvide realizar algún paso en el proceso.
  • Organización: si observamos que el niño acostumbra a perder u olvidar objetos necesarios para llevar al colegio, si tiene dificultad para mantener su habitación limpia y ordenada, es posible que tenga dificultades en la organización.

¿Cómo podemos ayudar a los más pequeños desde casa? A continuación os dejamos unos pequeños pasos que seguro os ayudan mucho en el día a día de la convivencia a la vez que estaréis trabajando las dificultades en las funciones ejecutivas.

  1. Planificar las actividades en pequeños pasos: cualquier actividad por sencilla que creamos que sea, a muchos les puede resultar difícil, por ello es importante poder secuenciarlas en diversos pasos pequeños. Actividades como poner la mesa o lavarse los dientes las podemos descomponer en varios pasos parar facilitar conseguir la actividad.
  2. Órdenes cortas, claras y concretas: intentaremos dar órdenes que sean claras y cortas para que las entiendan y no las olviden con rapidez.
  3. 3. Planificar actividades pequeñas dentro del día a día para mejorar la autonomía y trabajar las funciones ejecutivas, algunas de estas actividades puede ser poner la mesa, sacar la basura, preparar la mochila del colegio.
  4. Autoinstrucciones: realizar una guía con todas las indicaciones que tiene que seguir el menor para llevar a cabo una actividad con éxito. Podemos hacer un cartel y colocarlo en un lugar visible si queremos que realice una actividad que le cuesta y no se olvide ningún paso.
  5. Potenciar su capacidad creativa: jugar con el niño a crear historias, personajes, a partir de una visita a la playa por ejemplo, o de una situación hipotética. Si estimulamos su capacidad creativa los niños están aprendiendo a tener en cuenta perspectivas nuevas a la hora de resolver conflictos y dificultades.
Tamara López
Psicóloga General Sanitaria

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