La vuelta al cole con la Nueva Normalidad

Otro año más toca la “vuelta al cole”, proceso de gran importancia en la vida de los más pequeños y no tan pequeños, dado que implica: retomar las clases, volver a aprender, reencontrarse con sus compañeros, adaptarse otra vez a la rutina, enfrentar nuevos retos y crecer como personas; y a todo ello le acompañan una serie de emociones y sentimientos que debemos enseñarles a gestionar.

Este año, se le suma el añadido de la nueva normalidad. Por eso, es importante que les expliquemos la situación en la que nos encontramos para que, en la medida de lo posible, entiendan cómo va a ser la vuelta a la rutina. Recordarles lo aprendido durante estos meses y mantenerles informados puede ayudar a que este proceso sea más llevadero para ambas partes. Para los más pequeños pueden utilizarse libros o cuentos con varios ejemplos, mientras que a los más mayores es necesario utilizar otro tipo de lenguaje para que no se sientan infantilizados.

El hecho de que puedan comprender la situación y las modificaciones en los hábitos anteriormente adquiridos que esta conlleva (el uso de mascarilla, la distancia de seguridad, lavarse las manos con gel desinfectante) les facilitará la vuelta a las aulas. Para ello, es conveniente reajustar las rutinas diarias para que todos los miembros de la familia se responsabilicen de esta nueva normalidad. Al hacer partícipes a los niños se les está dando la oportunidad de interiorizar todos estos cambios de forma más natural y espontánea.

Por otro lado, sería idóneo motivarles y no transmitirles nuestras preocupaciones, debemos centrarnos en el presente sin anticipar acontecimientos para evitar que aparezca una actitud negativa hacia el colegio. Es aconsejable, también, encontrar un espacio de tiempo donde poder comentar las dudas que les vayan surgiendo o las inquietudes que tengan, respondiendo a estas con la información adecuada según la edad de cada uno. Realizar esta actividad en familia serviría para fortalecer la relación entre todos los miembros, aunque si la diferencia de edad entre los menores es muy grande también sería aconsejable hacerlo de forma individual. Creando estos espacios se pretende que los niños puedan encontrar en casa un lugar donde expresar sus emociones y en los padres unos referentes a los que poder recurrir cuando necesiten hacerlo.

Durante todos estos meses, muchas dinámicas académicas se han digitalizado y pasado al formato online. Esto ha implicado que el tiempo a través de las pantallas haya aumentado en los más pequeños. Para poder normalizar este cambio es importante reducir el tiempo que los niños pasan conectados. Controlar el tiempo de exposición a las pantallas (televisión, ordenador, tablet o móvil) será relevante para crear una buena rutina y evitar que se acaben desencadenando problemas de adicción, ansiedad o depresión si su uso es excesivo.

Para compensar la exposición a las pantallas y a la tecnología que hemos experimentado estos meses, es conveniente reservar un espacio para realizar otras actividades como el ejercicio físico. No hay que perder de vista la importancia de dedicar un tiempo al día para fomentar el ejercicio e incorporarlo a la rutina y dinámica familiar. Una actividad física continuada juntamente con una alimentación equilibrada y unos correctos hábitos de sueño ayudarán a tener un correcto desarrollo físico y mental.

El mejor medio para hacer buenos a los niños es hacerlos felices” (Oscar Wilde)

Marina Navarro.

Psicóloga. Especialidad en Neuropsicología

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