LA IMPORTANCIA DEL SUEÑO

Muchas veces vemos muy difícil seguir rutinas de sueño en casa, sobre todo con los más pequeños de esta. Pero seguir pautas de sueño regulares es importantísimo para el correcto funcionamiento del organismo. Aquí aprenderemos un poco más del sueño y de su importancia en el día a día.

EL SUEÑO:

El sueño se puede definir como un estado fisiológico necesario y reparador que mantiene un equilibrio molecular y energético, así como el estado de altera, humor, función intelectual, además de consolidar el aprendizaje. Y es que, no solo nos ayuda a descansar, sino que nos permite desarrollar una vida física y mentalmente saludable.

El sueño nos acompaña a lo largo de nuestra vida, desde el periodo prenatal hasta la vejez. La perdida de sueño influye en la resolución de problemas, atención a los detalles y daña los niveles superiores de razonamiento, etc. A partir del tercer mes de vida, el sueño se establece con normalidad, aunque esto no siempre es así, provocando trastornos del sueño. Durante los primeros años de vida los problemas con el sueño son el motivo más recurrente en consulta. Las causas son muy variadas, algunas de ellas pueden ser; temperamento, molestias físicas, hiperestimulación, estrés familiar, modificación de horarios, problemas perinatales…

FASES DEL SUEÑO LO QUE HACE CADA FASE:

El sueño está formado por distintas fases que aparecen a mientras dormimos, las cuales en cada una de ellas están presentan diferentes procesos fisiológicos, esto conforma un ciclo repetitivo durante la noche. Los humanos pasamos principalmente por dos etapas del sueño, denominados NREM (Not psicologia movement) o sueño no-paradoxal y REM (Rapid Eyes Movement) o sueño paradoxal.

Estas fases de sueño “NREM y REM” son alternadas continuamente entre cuatro a cinco veces por la noche. La fase del sueño NREM dura aproximadamente 6 horas y la fase de sueño REM 2 horas.

El sueño NREM (No Movimientos Oculares Rápidos), se divide, a su vez, en cuatro fases.

  • Fase 1 (N1): se trata de un sueño ligero, con movimientos musculares repentinos, una actividad electroencefalograma de bajo voltaje y una frecuencia alta similar a la vigilia. En esta fase suele ser difícil despertarse y se clasifica entre una transición entre el sueño y la vigilia.
  • Fase 2 (N2): durante esta etapa la temperatura corporal, ritmo cardíaco y respiración disminuyen, además aparecen algunas ensoñaciones.
  • Fases 3 y 4 (N3 y N4): durante estas dos fases el sueño es más profundo y es conocida como sueño lento.

El sueño REM se caracteriza por su rapidez de movimientos oculares y por la disminución del tono muscular, excepto de los músculos respiratorios y esfínteres (anal y vesical), además, la frecuencia respiratoria y cardiaca se vuelve irregular e incrementa. Se producen los sueños (historias y sueños narrativos), la persona puede relatar alguna imagen, pensamiento o emoción.

DESARROLLO EVOLUTIVO DEL SUEÑO:

El número de horas necesarias del sueño evoluciona con los años de manera paulatina. Dependiendo de la etapa en la que se encuentran nuestros pequeños/as, vamos a observar unas fases y un tiempo de sueño.

  • De 1 a 3 meses de vida: durante este tiempo el niño/a tiene tres estados del sueño, que son: el sueño tranquilo, qué equivalente a la fase REM, sueño ligero, es en esta fase cuando los pequeños/as experimentan una respiración irregular y movimientos repentinos, y por último, transición o somnoliento caracterizada por una lenta reacción a estímulos y una mirada imprecisa.
  • De 3 a 12 meses de vida: en estos meses aparecen las fases 2, 3 y 4 del sueño NO REM. Los periodos cortos de sueño diurno y largos de sueño nocturno no aparecen hasta los 6 meses de vida y es a los 10 cuando los ciclos del sueño comienzan a asemejarse a los de los adultos.
  • De 1 a 5 años: durante estos años el sueño puede variar pasando por periodos cortos de sueño diurnos y largos nocturnos hasta los 3-5 años donde tienen un único ciclo nocturno.
  • De 5 a 10 años: en esta edad el suelo es estable y similar al de los adultos.

CONSECUENCIAS DE UN BUEN Y MAL HÁBITO DE SUEÑO:

El mal hábito o falta de sueño afectará a la actividad cerebral de los niños/as, pudiendo crear alteraciones en el lenguaje, resolución de problemas, memoria, incluso puede conllevar problemas de conducta y fracaso escolar.

Algunas de las consecuencias de un mal hábito pueden ser:

  • Inquietud
  • Cansancio y agotamiento
  • Baja tolerancia a la frustración
  • Irritabilidad e impulsividad
  • Falta de autocontrol y de atención
  • Apatía y oposición
  • Falta de concentración
  • Incrementa el riesgo a sufrir patologías cardiacas, diabetes, obesidad e hipertensión.

En contraposición, investigaciones científicas afirman que el sueño es fundamental después del aprendizaje para la consolidación de la memoria. Asimismo, indican que este influye en la creación de nuevos recuerdos. Aumenta el rendimiento, esto nos permite reaccionar con rapidez y pensar con claridad y mejora el estado de ánimo, puede reducir la irritabilidad y disminuye la posibilidad de padecer depresión, además ayuda a crear mejores relaciones sociales, especialmente en niños y adolescentes.

PAUTAS PARA DORMIR MEJOR A NIÑOS:

Algunas de las pautas que podemos seguir para mejorar el sueño de los más pequeños son:

  • Crear rutinas estables en torno a la hora de irse a dormir
  • Mantener los horarios de acostarse por la noche y de levantarse por la mañana, lo más estable y regular que sea posible
  • Evitar siestas muy prolongadas o que despertar más tarde de las 17 horas.
  • Hacer ejercicio físico regular evitando que sea a la última hora del día
  • Mantener una temperatura entre los 19 y 22 grados.
  • Crear un ambiente silencioso y acogedor antes y durante el sueño
  • No utilizar tecnología dos horas antes del inicio de la rutina de sueño.
  • No ingerir alimentos 30 minutos antes de dormir.

María García Gómez

Psicóloga infantil

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