La adolescencia y sus etapas
La adolescencia es uno periodo de cambios constantes. Se pasa de niños a adultos. Y estos cambios no solo son físicos, sino también cambia la manera de pensar y de interactuar.
Primero de todo, hay que tener en cuenta que estas etapas no tienen un criterio fijo ni definitivo y que las edades pueden ser aproximadas. También es destacable que en la etapa previa a la adolescencia, la pre adolescencia, entre los 8 y los 10 años, ya hay cambios típicos de la adolescencia.
La adolescencia temprana ocurre entre los 11 y los 14 años y se produce mayoritariamente los cambios físicos (el estirón, cambio de voz, desarrollo de las características sexuales, el acné…). También se producen cambios en relación con las amistades. Los adolescentes empiezan a dar más prioridad a sus compañeros, ya que se sienten más identificados con ellos por estar pasando por los mismos cambios.
La adolescencia tardía o juventud ocurre mayoritariamente entre los 15 y los 20 años. En esta etapa los cambios no son tan físicos, sino psicológicos. En esta etapa es cuando se forma la identidad propia y la consciencia social. Los adolescentes se encuentran en el proceso de construir una imagen de sí mismos para proyectarla a los demás.
Como padres y madres, es normal sentirse sobrepasados. El hijo/a deja de ser un niño/a y pasa a intentar comportarse como una persona adulta, con un montón de dudas y contradicciones. Por eso es importante tratar de mantener una comunicación abierta y procurar que encuentren en casa un sitio seguro dónde sus padres van a estar disponibles para ellos cuando los necesiten.
Aun así, es necesario que haya límites y que estos sean razonables. Intentar no ser autoritario, sino firmes y encontrar un equilibrio para no sobreproteger ni despreocuparse. Imponer las decisiones sin explicaciones puede hacer que el adolescente se sienta juzgado o incomprendido en su propia casa.
Por último queremos dejar constancia que las discusiones, sobre todo cuando hay un adolescente en casa, son normales y de hecho son necesarias para dejar crecer. Cuando una persona se encuentra en pleno cambio, las confrontaciones son comunes y eso es que el adolescente se está cuestionando las cosas que antes las daba por hecho solo porque sus padres lo habían dicho. Explorar los límites y empezar a cometer errores por falta de experiencia es necesario para el desarrollo óptimo de la persona y esto puede comportar disputas con los padres.
En nuestro centro tenemos grandes profesionales que podrán ayudaros tanto a los padres, como a los jóvenes con nuestras intervenciones individuales i/o familiares. No dudéis en pedir información.
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