15
Juntos mejoramos: la familia como pilar en el desarrollo infantil y clave del éxito terapéutico.
Hoy, 15 de mayo, es el día internacional de la familia. Comprender y abordar el papel de la familia es esencial para promover la salud mental y el bienestar de los más jóvenes. Por eso, precisamente hoy, queremos aprovechar la ocasión para hacer un homenaje y remarcar la importancia de este contexto en el desarrollo sano de los más pequeños, así como el poder que sustenta a la hora de lograr los objetivos terapéuticos en cualquier proceso de terapia, pero, especialmente, en el psicológico o psicomotriz.
Como apuntan Brofenbrenner y Morris, la calidad de las relaciones familiares y el entorno emocional en el hogar tienen un impacto significativo en el desarrollo cognitivo, emocional y social del menor y pueden influir en su bienestar a lo largo de toda su vida.
La familia es el sustrato en el que se construye el desarrollo emocional y psicológico de niños y niñas. Como primer agente de socialización, actúa como la base donde se va formando la identidad personal y social. Es en este primer entorno social, donde los peques reciben información acerca de cómo funciona el mundo y qué se espera de ellos. A través de la observación y de los mensajes implícitos y explícitos que reciben de sus figuras de referencia, aprenden a relacionarse con los demás, a comunicarse y a regular sus emociones. Como si se tratara de un camino a seguir, estas primeras relaciones, habilidades y referencias son las que los acompañan y les sirven de guía en otros contextos/situaciones y en las relaciones que establecen con compañeros, maestros y otras figuras de referencia. Los adultos actúan como un modelo a seguir desde el establecimiento de vínculos emocionales hasta modelar comportamientos, valores, experiencias y creencias que los niños y las niñas llevan consigo.
En el contexto terapéutico, la participación activa de la familia es fundamental. No solo para proporcionar apoyo emocional a lo largo del proceso terapéutico, sino también para implementar, desde el contexto familiar, las estrategias, pautas y técnicas trabajadas en las visitas. La clave del éxito terapéutico recae en trabajar juntos hacia una meta común, individualizada para cada caso. Esto solo se consigue aunando los conocimientos que tiene cada una de las partes: el conocimiento sobre el niño/a, por parte de la familia, y el conocimiento, por parte del profesional, sobre el desarrollo humano, las teorías psicológicas y psicomotrices y los procesos cognitivos y terapéuticos eficaces y adecuados a cada persona. Esta colaboración permite una comprensión más completa de las necesidades del niño/a y facilita la adaptación de las estrategias a las circunstancias y dinámicas familiares específicas. La familia debe ser un agente activo en el proceso terapéutico para poder proporcionar un entorno que favorezca el desarrollo emocional, cognitivo, social y psicomotor de su hijo o hija.
Gisela Solé
SÍGUENOS EN LAS REDES
ÚLTIMOS POST
Autonomía en adolescentes: clave para el desarrollo personal
Autonomía en adolescentes: clave para el desarrollo personal La adolescencia es una etapa de grandes cambios, tanto a nivel físico como emocional y social. Es el periodo en el que los chicos y [...]
Deja tu comentario