La inseguridad emocional

La inseguridad, esa conocida que nos acompaña en más ocasiones de las que nos gustaría. Afecta tanto a grandes como a pequeños, e implica una falta de confianza en uno mismo.

Las personas inseguras, tienden a tener una autopercepción negativa, no confían en las propias capacidades, en los propios criterios para tomar decisiones, y tampoco en sus habilidades sociales.

Se trata de un sentimiento muy desagradable, que nos puede perjudicar negativamente en muchas áreas de nuestra vida.

Cuando somos niños, no tenemos conciencia de aquello que podemos y no podemos hacer. Nos acercamos al mundo con entusiasmo y ganas de explorarlo, en vez de tener una actitud temerosa ante la vida. Poco a poco, los adultos, van potenciando o restringiendo la confianza y seguridad que tenemos en nuestras propias capacidades. De esta forma, la sociedad y la educación recibida tienen un importante papel en la falta de confianza y en los sentimientos de inferioridad que podemos llegar a desarrollar.

A medida que crecemos, vamos asimilando la idea de que tenemos el deber de cumplir las expectativas de los que nos rodean: estudiar la carrera que esperan nuestros padres, ser personas exitosas, tener muchos amigos, etc. I en muchas ocasiones, pretendemos alcanzar la perfección, intentando sacar las mejores notas, siendo los mejores en nuestro trabajo, etc. olvidando la presión que nos vamos acarreando sobre nosotros mismos para poder cumplir de forma “perfecta” con todas las exigencias que supone la vida. Posteriormente, al darnos cuenta de que no somos perfectos, surge en nosotros el sentimiento de falta de confianza.

Síntomas habituales de la inseguridad:

Incapacidad para tomar decisiones por miedo a equivocarse.

Envidia y celos de los demás.

Pensamientos obsesivos sobre la valía y las capacidades personales para resolver problemas.

Gran susceptibilidad a las críticas, las cuales, “verifican” la poca valía personal.

Percepción de los demás como amenazas a la seguridad emocional.

Considerar las opiniones y percepciones de los demás más acertadas que las propias.

Dudas constantes sobre diferentes aspectos de la vida.

Causas de la inseguridad:

Perfil perfeccionista y autoexigente:

La autoexigencia y el perfeccionismo generan una visión de las cosas como perfectas o catastróficas. Por lo que en la toma de decisiones solo existen dos posibilidades, tomar buenas decisiones para tener buenos resultados o tomar malas decisiones y obtener resultados catastróficos.

Autoestima baja:

Las personas que muestran inseguridad presentan al mismo tiempo una baja autoestima, no confían en sus capacidades y virtudes, tendiendo a exagerar los aspectos que consideran negativos de ellos mismos.

Patrones de crianza exigente:

Familias excesivamente exigentes generan sentimientos de incapacidad e inseguridad.

Experiencias traumáticas:

En algunas ocasiones la inseguridad viene a consecuencia de la toma de una decisión que ha generado consecuencias negativas, de esta experiencia la persona extrae la conclusión de que no puede confiar en sus criterios para la toma de decisiones.

Núria Balart

Psicóloga General Sanitaria. Especialista en Psicología Clínica

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