Entrenamiento en Autoinstrucciones para la “vuelta al cole”

Al terminar las vacaciones de verano y comenzar el nuevo curso escolar, es necesario que niños/as y adolescentes se adapten de nuevo a ciertas rutinas. No obstante, en ocasiones, es posible que resulte complicado y tengamos que repetir constantemente qué hay que hacer o cómo hacerlo de forma correcta.

Cuando se pretende alcanzar una conducta concreta, como puede ser preparar la mochila, prepararse para ir a la escuela o incluso ducharse; debemos tener en cuenta que son acciones compuestas de distintos pasos y, por ende, aunque algunas veces se interiorizan correctamente de forma automática, otras veces debemos pautar dichos pasos de forma expresa y adecuada para su realización.

Cuando un/a niño/a o adolescente presenta dificultades en este aspecto y sientes que, por ejemplo, cada noche o cada mañana tienes que repetirle que prepare la mochila y ayudarle a hacerlo porque con la instrucción no es suficiente, podemos aplicar el entrenamiento en autoinstrucciones.

Lo primero será establecer de forma visual (por ejemplo, en una hoja de papel visible) los pasos a seguir en orden, acompañados de dibujos ilustrativos que faciliten su comprensión.

Una vez tengamos esto, continuando con el ejemplo propuesto de preparar la mochila, podemos realizar los siguientes pasos:

  1. Lo hacemos nosotros mientras él/ella nos observa, y repetimos en voz alta cada paso que estamos realizando. Por ejemplo: “Primero miro en el horario qué asignaturas tocan. Después busco, en orden, cada libro de cada asignatura y lo pongo uno encima del otro. Cuando tengo todos los de hoy, los meto dentro de la mochila. Una vez tengo todos los libros dentro, miro que no hayan quedado hojas de deberes por la mesa, y si hay alguna, la pongo dentro de la carpeta. Cojo la carpeta con los deberes hechos y la pongo dentro de la mochila. Busco el estuche y lo meto también dentro de la mochila. Por último, cojo el desayuno para el recreo, lo meto en la mochila y cierro la cremallera”.
  2. Ahora es el turno de que lo haga él/ella mientras nosotros le guiamos con los pasos a seguir, diciéndoselos nosotros en voz alta.
  3. De nuevo, lo realizará él/ella pero esta vez, será él/ella quien verbalice en voz alta cada uno de los pasos a seguir mientras los lleva a cabo. Podemos acompañarle o ayudarle en el proceso cuando sea necesario de forma verbal.
  4. Ahora debe volver a realizarlo, pero las instrucciones las dirá en voz baja, por ejemplo, susurrando.
  5. Por último, debe realizarlo nombrando los pasos de forma interna, en silencio.

Hay que tener en cuenta que las instrucciones se deben hacer con su vocabulario, de tal modo que le resulte natural verbalizarlas, además de reforzar positivamente todos los avances durante el proceso.

Por otro lado, no se debe utilizar para entrenar varias conductas a la vez (no sería adecuado querer aplicarlo de repente para vestirse, preparar la mochila, preparar el desayuno y lavarse los dientes, por ejemplo) por lo que debemos centrarnos en entrenar una tarea (con todos sus pasos) y no iniciar otra hasta que la anterior esté bien interiorizada.

Con este entrenamiento podemos lograr que algunas tareas diarias se realicen finalmente de forma autónoma, adquiriendo cada vez más responsabilidades en su día a día.

Josep Albert Obrador

Psicòleg. Especialista en Neuropsicologia

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