El miedo al fracaso

El temor al fracaso, provoca emociones negativas en los niños/as. Siendo el miedo, un enemigo para un desarrollo y crecimiento sano y feliz.

¿Cuáles son sus causas?

El miedo a fracasar se produce porque los pequeños basándose en experiencias previas temen los resultados negativos y/o realizan unas interpretaciones exageradas y poco realistas de las consecuencias.

También hay que tener en cuenta, que normalmente, los padres pretendemos proteger a nuestros hijos de sus propios errores: no queremos que se hagan daño, ni que se frustren por no alcanzar su objetivo. La intención es buena, pero puede que el mensaje a largo plazo no lo sea tanto. Les enseñamos a tener miedo al fracaso y a evitar el error.

Por otro lado, la sociedad acostumbra a ejercer presión sobre quien se equivoca, como si la perfección fuese el único camino aceptable. Los padres necesitamos ser conscientes de que el error es necesario para desarrollar la autocrítica y potenciar habilidades básicas, como la adaptabilidad y la flexibilidad.

Cuando los niños no aprenden a tolerar el fracaso, están en una posición más vulnerable ante la ansiedad, además puede hacer que los niños dejen de intentar o de probar cosas nuevas.

¿Cómo podemos enseñar a los niños a tolerar su error?

Es fundamental inculcar en los pequeños una mentalidad positiva del fracaso, como una parte natural de la vida, como una experiencia que nos dota de aprendizajes.

  • Mostrar empatía: Podemos reconocer su angustia diciendo: “Veo que estás decepcionado, sé que realmente querías hacerlo mejor”.
  • Enseñar con el ejemplo: Podemos explicar que el fracaso es parte de la vida y que a todos nos pasa, incluso a los padres. Podemos compartir ejemplos de “fracasos” que hayamos tenido. “Los padres podemos dar el ejemplo de cómo manejamos nuestra propia decepción”. Es importante enseñar a nuestros hijos que también está bien cuando las cosas no suceden tal y como nosotros esperamos”.
  • Hacer que sea un momento de enseñanza: El fracaso de un niño es una oportunidad para que los padres enseñen habilidades para aceptar y resolver problemas. Conjuntamente con el niño/a podemos tratar de pensar qué podría hacer la próxima vez para tener una mejor oportunidad de éxito.

Podemos preguntarles:  ¿qué ha pasado? Y ¿por qué ha pasado esto?, ¿qué crees que puedes hacer?

  • Retroceder y permitir que los niños se equivoquen: Puede ser muy difícil ver a un hijo fracasar, pero solo puede aprender a manejar la decepción a través del ensayo y el error. Se debe permitir que tengan experiencias que requieran habilidades de resolución de problemas y que le permitan adquirir la confianza para asumir nuevos desafíos.
  • Incítales a innovar y buscar nuevos caminos. A ser creativos ante sus fracasos.

¿Qué nos aporta el fracaso?

El fracaso tiene un importante valor educativo como fuente de aprendizaje, además, es parte de la vida y hace posible la maduración psicológica y emocional.

Entender y sentir el fracaso, ayuda a comprender el porqué del error.

La experiencia de fracasar, nos hace fuertes, nos permite desarrollarnos, crecer y  nos enseña a ser. No temer el fracaso, nos permite innovar y crear.

Aprender a afrontar los fracasos y superarlos, contribuye al bienestar actual y futuro de los pequeños. Les hace capaces de enfrentarse a las adversidades con madurez.

Ariadna Torreblanca

Psicóloga. Especialista en Terapia Psicomotriz

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