El frenillo lingual y sus implicaciones en el habla, desarrollo craneofacial, respiración y alimentación
El frenillo lingual es un pliegue vertical compuesto por fibras del músculo geniogloso, fascia y mucosa. Une la parte libre de la lengua con el suelo de la boca en línea media.
En ocasiones, el frenillo puede llegar a ser más corto de lo normal y como consecuencia limitar los movimientos linguales para realizar cualquiera de las siguientes funciones: deglutir, respirar y articular según qué fonemas del habla. Es lo que denominamos “anquiloglosia” o “frenillo corto”. Por lo tanto, estas acciones tan primarias se ven afectadas por dicho frenillo.
Algunas de las consecuencias de un frenillo corto pueden ser:
Alteraciones en la respiración y en el desarrollo cráneo-facial. Debido a que la lengua permanece en posición baja por la incapacidad de movilidad, hace que el paciente deba respirar por la boca porque no puede colocar la lengua en el punto correcto para facilitar la entrada de aire y consecuentemente, aunque no existan interferencias negativas como adenoides, rinitis, alergias, bronquitis, etc., el niño pasa a ser respirador oral. Con las consecuencias que lleva a cabo esa patología. (Alteraciones en el habla, alteraciones en el crecimiento cráneo-facial; el paladar crece de manera anómala, causando una estrechez en su desarrollo, irritación de la mucosa oral y alteraciones en la arcada dentaria).
Dificultades de agarre en la lactancia materna. Muchos bebés tienen dificultades de alimentación debido al impedimento del movimiento de la lengua en la succión causado por el frenillo corto.
Alteraciones en el habla (por la incapacidad de producir aquellos fonemas en que la elevación lingual es necesaria). Los fonemas más alterados son los róticos; sobretodo /r/ múltiple, los fonemas dentales y los fonemas alveolares, aunque los dos últimos se pueden compensar.
Cuando se diagnostica una anquiloglosia hay dos opciones: frenetomia o frenectomía. En la frenetomia se produce un pequeño corte en la mucosa del frenillo para separarlo, sin extraer ninguna porción de este. En cambio, en la frenectomía hay extirpación de una parte del frenillo. Ya que, en algunos casos, en una frenetomía dónde no hay extirpación, la mucosa se vuelve a regenerar, causando de nuevo la misma problemática y haciendo pasar otra vez al paciente por el mismo proceso.
Al contrario de lo que se opinaba anteriormente, las fibras de las que está compuesta el frenillo contienen colágeno de tipo 1, por lo que son muy difíciles de estirar. Martinelli, et al (2014). Por lo tanto, mediante masajes y/o praxias no se estirará. Si no se realiza una de estas dos cirugías, no se solucionará el problema.
En cuanto a su origen, tiene un factor hereditario. Por lo que es de esencial importancia un diagnóstico precoz en el momento del nacimiento para evitar todas las posibles consecuencias que puede llegar a causar.
Irene Lorente
Logopeda
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