Dolores de crecimiento en niños
Hoy os traigo un artículo que resume el proceso del crecimiento óseo de los niños, el cual experimentan con pequeños dolores o molestias.
¿ES ESTO NORMAL? Estos dolores o molestias son totalmente normales y fisiológicos. La intensidad variará dependiendo de la altura del niño, de si practica algún deporte que haga tracción en los músculos que se anclan en el hueso en crecimiento, etc. Pero, no suele ser nada que limite por completo al niño.
LOS NIÑOS ESTÁN EN CONSTANTE CRECIMIENTO, ASÍ PUES ¿SIEMPRE LES VA A DOLER? Lo cierto es que no, no siempre van a tener estos dolores. Para entender esto debemos explicar cómo maduran los huesos de los niños.
HUESOS DE NIÑOS A HUESOS AULTOS. Los huesos de los niños no están formados por completo, o dicho de otra forma: no toda su longitud es de tejido óseo (entendido como ese tejido duro y formado por calcio que nos imaginamos). En su estructura, los huesos tienen ciertos puntos llamados puntos de osificación, que empiezan siendo cartílago y que más adelante, con la maduración ósea, se transformarán en hueso como tal.
¿A QUÉ EDAD LES SUCEDE? Cada vez es más difícil decir una edad exacta, primero porqué cada niño es diferente; y segundo, porqué los niños cada vez crecen “más rápido”. También se observan diferencias en el crecimiento entre niños y niñas. Pero sí que podríamos decir que suele empezar a partir de los 7 años hasta los 9, aproximadamente (si ocurre antes o después de esta franja de edad, no nos alarmemos, cada niño es diferente). No todos los huesos crecen igual ni les sometemos a las mismas demandas. Es decir, no es lo mismo las funciones de carga y desplazamiento que hacen los huesos de las piernas, a las que hacen los huesos de los brazos, o la columna vertebral.
¿CÓMO PODEMOS DETECTARLO? Los niños suelen decirnos que les duele. Esta queja suele durar 2 o 3 días seguidos. Posiblemente se le pase y al cabo de un mes vuelva a hacernos la demanda en este mismo punto, o bien en otro. Es totalmente normal. Si el dolor o la molestia durasen una semana o más, deberíamos acudir al pediatra, ya que quizás haría falta algún antiinflamatorio. Pero en principio no es nada grave.
¿QUÉ PODEMOS HACER EN CASA? Si viéramos que durante esos 2 o 3 días le molesta bastante, lo único que podemos hacer es aplicar hielo a la zona (máximo 10 minutos, y nunca directo a la piel por riesgo de quemadura, siempre cubierto con una toalla o un trapo). E incluso algún estiramiento de la zona dolorosa. Si el niño hace algún deporte, podríamos considerar descansar esa semana de dicha actividad.
EL TALÓN Y LA RODILLA, PUNTOS FRECUENTES DE DOLOR. En estos dos puntos concretamente, se nos adhieren los tendones de los gemelos y de los cuádriceps, respectivamente. Lo que el niño experimenta muchas veces es más un dolor muscular por tirantez que dolor del propio hueso: el hueso crece, y el músculo no puede estirarse tan rápidamente; necesita un poco más de tiempo hasta que consigue la elasticidad pertinente.
Puede que les llegue a molestar tan poco que no nos lo comuniquen, o puede que incluso no les moleste. Como siempre decimos, cada niño es único. Y siempre ante cualquier duda, debemos acudir a un profesional.
Sandra Ferré
Fisioterapeuta. Especialista en fisioterapia pediátrica
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