Hoy, 24 de febrero, se celebra la fiesta dedicada al patrón de la Psicología en España, Juan de Huarte. Un día como hoy, en el siglo XVI, se publicó la obra Examen de Ingenios para las Ciencias. Esto supuso un punto y aparte en el estudio de las diferencias individuales de los humanos; y también el punto de partida de la psicología aplicada, la psicología diferencial, la neuropsicología y la orientación profesional. De este modo, se llevó a cabo un gran progreso en el estudio del comportamiento humano.

Han pasado varios siglos, y el término de psicología y la interpretación de salud mental ha ido evolucionando. Esto ha implicado un gran avance, pero no nos podemos olvidar que el papel de la psicología en nuestra sociedad sigue en proceso de consolidación. Podemos recurrir a datos de la OMS, donde se anticipa que los problemas de salud mental en el año 2030 serán la primera causa de discapacidad en todo el mundo. De hecho, el 12,5 % de todos los problemas de salud está representado por trastornos mentales. También indican que una de cada cuatro personas tendrá un trastorno mental al largo de su vida (OMS, 2018).

A nivel de España, más de la mitad de las personas con trastorno mental que necesitan tratamiento no lo reciben, y un porcentaje significativo no recibe el tratamiento adecuado. Junto a esto, casi la mitad de la juventud de entre 15 y 29 años considera que ha tenido un problema de salud mental (Barómetro Juvenil de Salud y Bienestar de la FAD, 2019).

La Asociación Americana de Psicología (APA), a través de la publicación de la Resolución sobre el Reconocimiento de la Eficacia de la Psicoterapia (2012), detallan los resultados de distintas investigaciones donde reconocen los efectos significativos del tratamiento psicológico. Los efectos de los cuales perduran más en el tiempo y requieren menos de intervenciones adicionales que los tratamientos farmacológicos.

Todos estos datos nos recuerdan la importancia de esta disciplina para la salud general de la población. De especial interés, cabe destacar lo relevante que es una detección y un tratamiento temprano de síntomas que pueden ser susceptibles de alarma en la población infantojuvenil. De este modo, es muy importante poder detectar ciertas dificultades conductuales, emocionales o de aprendizaje antes de que lleguen a más.