¿Cuándo se debe acudir al logopeda?

Para contestar a esta pregunta primero tendríamos que empezar por saber exactamente qué es la disciplina de la logopedia. Dicha disciplina se ocupa del estudio, el diagnóstico, la rehabilitación y la prevención de los trastornos de la comunicación humana y funciones asociadas. Es decir, alteraciones de la voz, de la audición, del habla, del lenguaje y de las funciones orofaciales y deglutorias. A partir de aquí, os damos algunos signos de alerta para que podáis detectar si vuestro/a hijo/a debería acudir al logopeda para que valore posibles dificultades en algunos de estos ámbitos:

  • En torno a los 8 meses hay una ausencia de contacto visual y/o de sonrisa social.
  • Sobre el año y medio… no comprende órdenes sencillas (por ejemplo “¿dónde está mamá?”), no es capaz de señalar lo que le interesa con el dedo índice, no imita al adulto, no llega a tener un repertorio de unas 10 palabras o no responde a su nombre girándose.
  • Si un/a niño/a a los 2 años no domina un repertorio de unas 50 palabras y no las combina de manera sencilla. A partir de aquí, las dificultades de comprensión pueden aparecer con instrucciones más complejas o ante un discurso.
  • Si detectamos que el/la niño/a puede tener problemas de audición (ver artículo “Sordera: ¿Cómo podemos sospechar que un niño tiene problemas de audición?”).
  • En la articulación del habla, si a partir de los 3 años no se le entiende porque cambia el orden de las sílabas, sustituye muchos fonemas, reduce las sílabas de una palabra, omite fonemas… Normalmente, de la “R” no hay que preocuparse hasta alrededor de los 6 años.
  • Hay alteraciones anatómicas (frenillo lingual muy corto, labio leporino, fisura palatina, problemas en la musculatura oro-facial, etc.).
  • Tartamudea.
  • El/la niño/a presenta una disfonía (alteración de la calidad de la voz) o afonía (pérdida total de la voz) frecuente o permanentemente.
  • Hay dificultades en la alimentación (el paso de líquidos a sólidos, dificultades en la deglución o en la masticación…), en la respiración (respirar por la boca, no hay contacto labial…) o en el control de la postura.
  • Muestra dificultades con la morfosintaxis del lenguaje, cambia el orden de las palabras, se equivoca con los tiempos verbales, no concuerda bien en género y número, es incapaz de hacer un discurso coherente, parece que no le salgan las palabras, etc. Esto provoca que no se le entienda cuando habla.
  • Hay dificultades de comprensión de diferentes situaciones sociales, no entiende las bromas, las ironías o los sarcasmos.
  • Si hay dificultades en la adquisición de la lectoescritura o las matemáticas.

Hay que tener en cuenta que las edades de desarrollo no son extremadamente exactas dado que cada niño/a tiene su ritmo y hay mucha variabilidad. Lo que sí se sabe son las dificultades que puede haber según las edades. El especialista en logopedia será el encargado de valorar si conviene darle un poco más de tiempo al niño/a o empezar una intervención temprana para favorecer su desarrollo.

Anna Creus

Logopeda especialista en Educación y Clínica

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