La memoria y el aprendizaje son dos procesos fundamentales para llevar a cabo una vida plena y satisfactoria. Ya sea porque estamos estudiando, porque no conseguimos recordar aquellas cosas importantes que había que hacer o, simplemente, porque queremos mejorar nuestra salud, hay muchas maneras de potenciar los procesos de aprendizaje y memoria.

A continuación, se enumeran algunas de las que tienen mayor evidencia científica:

Hacer ejercicio físico: De todos los factores que promueven el aprendizaje y la memoria, podríamos considerar el ejercicio como el que obtiene mejores resultados. Son muchos los estudios que han demostrado que con solo 30 minutos de ejercicio durante el día (caminar, ir en bicicleta, correr, nadar…) se potencian las capacidades mentales del cerebro, tanto en niños como en adultos. Además, hay que tener en cuenta que, entre otros beneficios, una práctica de ejercicio constante ayuda a reducir la ansiedad y el estrés.

Escoger el mejor momento del día: No todos los momentos del día son igual de buenos a la hora de aprender. Para saber cuál es tu mejor momento, es importante que seas consciente del momento del día en el que eres más productivo. Lo identificarás por ser un momento en el que te sientes más despierto, atento y más activo a la hora de realizar las distintas tareas, costándote éstas menos de lo normal. Hay personas que son más matutinas y, en cambio, muchas otras son más productivas en las últimas horas del día.

Una vez lo tengas identificado es importante que aproveches la activación que se produce en ese momento a nivel cerebral para poder aprender, ya que el beneficio que sacarás será mucho mayor que en cualquier otra franja horaria.

¿Cuál es tu mejor momento? ¡Identifícalo y aprovecha sus beneficios!

Entrenar la memoria de trabajo: Existen distintos tipos de memoria. La memoria de trabajo es aquella que nos permite almacenar y utilizar de forma temporal una información. Por ejemplo, cuando nos enseñan un juego nuevo y sus reglas, la memoria de trabajo es la que nos permite recordar como se juega sin que nos lo tengan que recordar cada 5 minutos.

Este tipo de memoria resulta fundamental para que el aprendizaje se realice de forma correcta, es por eso por lo que su entrenamiento puede ser de gran ayuda a la hora de potenciar esa capacidad. Hay distintas formas de entrenar la memoria de trabajo; a través de aplicaciones dedicadas a ello, la lectura o la correcta estimulación cognitiva realizada por un neuropsicólogo, entre otras.

Leer: La lectura es una de las actividades mas sencillas y a la vez más beneficiosas para mantener en forma nuestro cerebro. Además, se trata de una actividad que podemos hacer prácticamente todos sin apenas esfuerzo mientras estamos tranquilamente sentados en casa, en la playa o incluso de camino a algún sitio si vamos en transporte público.

Cuando leemos activamos muchos procesos mentales, entre los que destacan la percepción, el razonamiento y la memoria. Como siempre digo, el libro es como el gimnasio del cerebro, pero mucho más barato.

Y con esto, tenemos cuatro formas muy fáciles y eficaces de potenciar nuestro aprendizaje y nuestra memoria. Y recordad, es igual de importante que los niños empiecen a adquirir estos buenos hábitos bien temprano como que los adultos los integréis en vuestro día a día para poder tener una vida cerebral más rica y saludable.

Edna Rius